Considero que Recursos Humanos debe establecer políticas en lo que respecta a Gestión del Talento desde un modelo “pull”, es decir, que sean las personas los verdaderos protagonistas del diseño de su carrera.
– Aprovechar el “grow mindset” (mentalidad de crecimiento) para proponer desafíos crecientes que estimulen y acompañen el aprendizaje en la dirección de la motivación individual.
– Entrenar a los líderes para observar y detectar el potencial latente de las personas, para que puedan reconocer y promover esas habilidades que marcan la diferencia.
– Promover políticas solidarias entre las áreas, que habiliten a las personas a elegir el lugar en el que desean crecer, derribando las barreras de los silos, contribuirá a largo (y no a tan largo) plazo, a fidelizar el talento y a crecer como Organización. Si como lideres nos enfocamos en “retener” (y uso esta palabra a propósito, para acentuar una intención egocéntrica) a las personas para que nos reditúe el tiempo y el esfuerzo que destinamos a enseñarles y a formarlos, a la corta, perderemos ese talento como líderes y como Organización. El talento es de las personas no nos pertenece, sólo podemos cuidarlo, regarlo, ayudarlo a crecer con libertad y poder de decisión. De esta manera estaremos “fidelizando” y no “reteniendo”.
– Conocer cuál es el talento (o talento “para qué”) que necesito para mi Organización hoy y a futuro, permitirá enfocar mejor los programas de Gestión del Talento. Podemos como Organización jactarnos de tener a “los mejores” en tal o cual disciplina, pero si no les ofrecemos el entorno en el cual las personas puedan poner en juego este talento, es muy posible que el ROI destinado a estos procesos se vea desperdiciado, ya que el Talento siempre pugnará por manifestarse, en nuestra Organización, o en otra.